BARCELONA........................... .UNA PASIÓN
![]() |
El triunfo que alcanzo el conjunto de Barcelona en los últimos minutos, con gol de José Luis Perlaza, fue motivo de alegría y celebración por parte de la gran cantidad de hinchas canarios que se hicieron presentes en el estadio Bellavista, de Ambato.
El gol del Macará a los 20 minutos del segundo tiempo fue un balde de agua fría que cayó en los seguidores del Ídolo, quienes no podían creer lo que hasta ese momento estaba pasando con su equipo.
Cambió de cara
El peligro de ir a la serie "B" estaba cada vez más cerca. La fiesta en las gradas era totalmente celeste, el eco de "Barcelona a la B" comenzó a hacer su aparición en la fría noche ambateña.
Pero todo eso cambió con el empate de Samudio apagando el concierto de voces de los hinchas del Macará, quiénes prefirieron ver el partido en silencio, comiéndose las uñas y gritando en el oído de la persona que estaba junto.
Fiesta torera
Los últimos minutos fueron de total hermetismo en los seguidores de ambos equipos. Por un lado, los ambateños festejaban el descenso de Barcelona, mientras por el otro la tristeza apareció en el rostro de niños, jóvenes y adultos, pero sólo hasta el minuto 40, cuando Perlaza marcó el segundo gol amarillo. Ese tanto conseguido fue el detonante para que la general sur estallara en júbilo. Los papeles picados, los extintores de colores amarillo y negro pintaron el césped del estadio, si a esto le sumamos el grito de "Un solo ídolo tiene el Ecuador", alegraron el ambiente nocturno.
Jugadores lloraban
Con el fondo de las voces de los hinchas canarios, algunos jugadores se arrodillaron y soltaron lágrimas. Máximo Banguera se lanzó al suelo y con las manos alzadas hacia el cielo festejaba el gol del triunfo.
Fernando Hidalgo no pudo contener la emoción por lo que lloró, para después correr hasta la ubicación donde se encontraba Perlaza y abrazarlo.
La banca de suplentes también se unió al festejo al igual que los dirigentes, quienes bajaron de la tribuna y apresurados se aprestaban a entrar a la cancha y felicitar a sus jugadores.
El presidente de Barcelona, Eduardo Maruri, tras escuchar el pitazo final bajó corriendo las gradas y con la mano en el corazón, sobre el sello del equipo, entró a la cancha para recibir la ovación de los hinchas amarillos.
Todos felices
Después de haber terminado el cotejo, los jugadores se mostraron felices por lo que el equipo consiguió. Abrazos venían e iban, las felicitaciones verbales eran a cada minuto si a esto le sumamos los gritos de apoyo que bajaban desde las gradas.
Algunos hinchas no querían perderse de ver, una vez más, a sus ídolos, convertidos en héroes, por lo que esperaron alrededor de 45 minutos para tomar alguna foto y esperar un autógrafo.
Cada uno de los jugadores del Barcelona subía al bus con la satisfacción de haber cumplido un objetivo muy complicado en Ambato.
Primero subieron los juveniles, seguidos de Matías Oyola, Mike Rodríguez, Raúl Román para después hacer su entrada triunfal el directivo Alfonso Harb, quien saludó a las cámaras de EXTRA y se sentó pensando en el rival de este domingo en Casa Blanca.
El gol del Macará a los 20 minutos del segundo tiempo fue un balde de agua fría que cayó en los seguidores del Ídolo, quienes no podían creer lo que hasta ese momento estaba pasando con su equipo.
Cambió de cara
El peligro de ir a la serie "B" estaba cada vez más cerca. La fiesta en las gradas era totalmente celeste, el eco de "Barcelona a la B" comenzó a hacer su aparición en la fría noche ambateña.
Pero todo eso cambió con el empate de Samudio apagando el concierto de voces de los hinchas del Macará, quiénes prefirieron ver el partido en silencio, comiéndose las uñas y gritando en el oído de la persona que estaba junto.
Fiesta torera
Los últimos minutos fueron de total hermetismo en los seguidores de ambos equipos. Por un lado, los ambateños festejaban el descenso de Barcelona, mientras por el otro la tristeza apareció en el rostro de niños, jóvenes y adultos, pero sólo hasta el minuto 40, cuando Perlaza marcó el segundo gol amarillo. Ese tanto conseguido fue el detonante para que la general sur estallara en júbilo. Los papeles picados, los extintores de colores amarillo y negro pintaron el césped del estadio, si a esto le sumamos el grito de "Un solo ídolo tiene el Ecuador", alegraron el ambiente nocturno.
Jugadores lloraban
Con el fondo de las voces de los hinchas canarios, algunos jugadores se arrodillaron y soltaron lágrimas. Máximo Banguera se lanzó al suelo y con las manos alzadas hacia el cielo festejaba el gol del triunfo.
Fernando Hidalgo no pudo contener la emoción por lo que lloró, para después correr hasta la ubicación donde se encontraba Perlaza y abrazarlo.
La banca de suplentes también se unió al festejo al igual que los dirigentes, quienes bajaron de la tribuna y apresurados se aprestaban a entrar a la cancha y felicitar a sus jugadores.
El presidente de Barcelona, Eduardo Maruri, tras escuchar el pitazo final bajó corriendo las gradas y con la mano en el corazón, sobre el sello del equipo, entró a la cancha para recibir la ovación de los hinchas amarillos.
Todos felices
Después de haber terminado el cotejo, los jugadores se mostraron felices por lo que el equipo consiguió. Abrazos venían e iban, las felicitaciones verbales eran a cada minuto si a esto le sumamos los gritos de apoyo que bajaban desde las gradas.
Algunos hinchas no querían perderse de ver, una vez más, a sus ídolos, convertidos en héroes, por lo que esperaron alrededor de 45 minutos para tomar alguna foto y esperar un autógrafo.
Cada uno de los jugadores del Barcelona subía al bus con la satisfacción de haber cumplido un objetivo muy complicado en Ambato.
Primero subieron los juveniles, seguidos de Matías Oyola, Mike Rodríguez, Raúl Román para después hacer su entrada triunfal el directivo Alfonso Harb, quien saludó a las cámaras de EXTRA y se sentó pensando en el rival de este domingo en Casa Blanca.
Publicar un comentario